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Aprendiendo Liderazgo

Aprendiendo Liderazgo

¿Qué hay aquí para mí? Aprende lo básico para convertirte en un líder con éxito.

Los autores del libro que os resumo hoy, James Kouzes & Barry Posner, cuya reseña tenéis al final del Post, inician su reflexión realizando unas preguntas básicas que todos nos hemos formulado alguna u otra vez:  ¿Qué hace a un buen líder? ¿Un carácter encantador, una voluntad de hierro, una personalidad inspiradora? ¿Existe tal cosa como un “líder natural” o es un buen liderazgo una habilidad que puede ser aprendida?

 La buena noticia es que cualquiera puede ser un buen líder. Pero el liderazgo de éxito requiere de esfuerzo y aprendizaje continuo. De hecho, aprender, desafiarse a sí mismo y también fallar en el camino, son los cimientos de un buen líder.

 En los siguientes Tips comentamos cinco fundamentos que forman la base del liderazgo ejemplar. Te guiarán y aportarán las herramientas disponibles para aprender y dominar esta valiosa habilidad.

 En estos Tips, aprenderás:

  • que un buen liderazgo comienza con creer en tu propio potencial
  • por qué deberías imaginarte a ti mismo como un líder dentro de diez años; y
  • mediante el ejemplo práctico de los jugadores de béisbol, dónde radica la capacidad de éstos para aprender de los fracasos del pasado.

 ¡Adelante! 

TIP: Antes de comenzar el día, hazte cuatro preguntas: ¿Quién soy yo? ¿Qué debo hacer? ¿Cómo marco la diferencia? ¿Qué haré hoy que realmente importe?

 Probablemente hayas conocido a alguien a quien se refieren como «un líder nato», y tal vez ese calificativo te haya dado la impresión de que todo líder exitoso debe tener un don inherente.

 Bueno, empecemos por desmentir este mito. La verdad es esta: todo el mundo tiene el potencial para convertirse en un líder.

 Pero antes de convertirte en un gran líder, debes comprender que esta capacidad ya está dentro de ti y que puede ser desarrollada.

 Realiza una introspección mirando dentro de ti y descubre lo que consideras importante en tu vida. Pregúntate: «¿Qué desafíos he afrontado?» Y, «¿Qué tipo de estímulo o herramienta utilicé para salir adelante?» 

 Lo más probable es que hayas superado desafíos importantes en la vida y puedas usar estos hechos pasados ​​como formas de motivar y guiar no sólo a otros, sino también a ti mismo, recordándote que ya lo has hecho y que por tanto lo puedes volver a hacer. 

 Para poner esto en acción, veamos una primera propuesta de ejercicio de auto-entrenamiento: 

Antes de comenzar el día, detente y hazte cuatro preguntas: ¿Quién soy yo? ¿Qué debo hacer? ¿Cómo marco la diferencia? ¿Qué haré hoy que realmente importe? 

Escribe tus respuestas en una nota en papel o electrónica en tu teléfono móvil, y lleva estas respuestas contigo. Consulta tus respuestas a lo largo de la jornada si las cosas se ponen difíciles o te sientes perdido ante una toma de decisión. Tus respuestas serán como una brújula para recordarte el objetivo del día y tus prioridades.

 Esta es una manera simple y efectiva de mantenerte motivado, ir alcanzando tus metas y ganar confianza en ti mismo como líder.

 

TIP: Aprende cada día de todo, como un hábito.

 Es importante recordar que una de las mejores habilidades que puedes cultivar es la voluntad de aprender.

 Todos los grandes líderes buscan constantemente nuevos conocimientos. Trabajan duro y se mantienen enfocados en crecer y adquirir más habilidades.

 Tomemos como ejemplo a David Maister, un consultor de management muy reconocido. Él es consciente de que sus clientes no lo contratarían por segunda vez si no estuviera aprendiendo constantemente y manteniéndose al día con las últimas tendencias en su sector.

 Debes tener una mentalidad similar y saber que, si quieres ser visto como un líder valioso, debes estar siempre aprendiendo.

TIP: Mantente enfocado en el futuro y en cómo puedes ayudar a tu equipo a tener éxito.

 El mundo está en constante evolución y es necesario que te mantengas al día con sus cambios. Este es un desafío al que se enfrenta todo líder, y los mejores emplean dos técnicas para no perder el control. 

 Un lema simple que todo líder debería saber es el siguiente: “Observa el presente para preparar el futuro”.

 Se espera que un buen líder vigile el futuro para que pueda ayudar a su equipo a prepararse para lo que se avecine.

 Ver el futuro no implica mirar en el interior de una bola de cristal mágica. Significa prestar atención al presente, y reconocer cómo los eventos de hoy y las tendencias generales, afectarán al mañana. 

Un ejercicio para mantenerse preparado es imaginar cómo será el mundo dentro de diez años. Si vas a seguir siendo un líder eficaz, ¿qué dimensión deberá tener tu equipo y qué herramientas necesitará? ¿Y qué habilidades vas a necesitar tú personalmente para seguir guiándoles? 

Hacer este viaje imaginario hacia el futuro no debería ser un viaje del ego para verte a ti como protagonista de esa historia futura. Es más bien un viaje de humildad, ya que se trata de realizar predicciones que ya puedes hacer en función de las tendencias actuales, para descubrir lo que necesitas aprender. 

Como siempre, tu atención debe centrarse en cómo puedes cuidar mejor a las personas que te rodean. Recuerda:  si solo te estás cuidando a ti mismo, no habrá mucha gente que acuda en tu ayuda cuando llegue el momento – ¡y llegará! – en el que seas tú el que necesites ayuda. 

Como líder, es tu trabajo establecer los valores y objetivos de tu equipo para que todos se ayuden mutuamente a alcanzar esos objetivos comunes. 

Alan Daddow solía ayudar a administrar la empresa agrícola australiana Elders, y todavía recuerda el momento en que la naturaleza de su trabajo como líder se volvió muy clara para él. Un día, se dio cuenta: su único trabajo era hacer lo que fuera necesario para maximizar la efectividad de su equipo. Hoy en día, cuando recuerda sus mejores experiencias de liderazgo, ninguna de ellas implica hacer algo por sí mismo. Se trata de hacer algo por un miembro del equipo.

 

 

TIP: Busca desafíos y no tengas miedo de fallar. Cuando lo hagas – y lo harás – aprende de tus errores.

 ¿Alguna vez te has perdido una oportunidad profesional porque estabas demasiado asustado? La mayoría de nosotros probablemente lo hayamos hecho, por lo que nunca es demasiado tarde para esforzarte más y superar esos miedos. 

Si vas a desarrollar las habilidades necesarias para un gran liderazgo, tendrás que desafiarte a ti mismo. 

Después de todo, los líderes afrontan desafíos todos los días, desafíos que les obligan a salir de su zona de confort. Por lo tanto, es mejor buscar estos desafíos ahora y probarte a ti mismo, para que puedas sentirte más cómodo.

Este es un buen momento para una analogía con el béisbol: Un jugador de béisbol disputará alrededor de 162 partidos por temporada, y se considerará una temporada exitosa si el equipo gana un poco más de la mitad de los partidos. Del mismo modo, se considera que un promedio de bateo decente para un jugador, se sitúa alrededor del 25%, lo que significa que se espera que “falle” alrededor del 75% de las veces. 

Liderar, como jugar al béisbol, es desafiante y todos lo saben. Parte de tener éxito es manejar bien los fracasos y las decepciones usándolos como oportunidades para aprender, crecer y mejorar. 

Para el jugador de béisbol, esto significa tratar de obtener un promedio de bateo del 30% la próxima temporada en lugar del 25%. Para ti, como líder, significa seguir desafiándote a ti mismo y demostrar que tienes el coraje y la determinación para seguir creciendo. 

Se necesita coraje para hacer algo que te asuste o te ponga en una situación desconocida o incómoda. El miedo a lo desconocido, por lo general, impide que las personas den el paso. Pero es la voluntad de afrontar ese miedo lo que distingue a los grandes líderes de los líderes promedio, y sólo tú puedes aprender a dar esos primeros pasos que te resulten “aterradores”. 

Para empezar, piensa en cómo terminarías la siguiente frase: “Tuve que ser valiente cuando…” 

Probablemente ya hayas hecho algo que requirió coraje y valentía, y recordarte todos esos momentos en los que superaste tus miedos te permitirá desarrollar y aumentar tu capacidad.

TIP: Construye una red de apoyo. Mantente abierto y receptivo al feedback de otros y a recibir su ayuda.

 Es común que las personas piensen que los líderes están solos sin nadie que les cubra las espaldas. Pero este es otro concepto erróneo del que deberías deshacerte ahora mismo. 

Si esperas convertirte en un líder exitoso y alcanzar tus metas, debes aprender a pedir ayuda y a buscar redes de apoyo. 

Para ello, desarrolla relaciones sólidas con tus compañeros y aquéllos que están en condiciones de apoyarte en tus objetivos. 

Y recuerda, ninguna historia de éxito le sucedió a un líder que no tenía un mentor y seguidores, incluso si esta ayuda solo procedió de miembros de la familia o de antiguos profesores. 

Si todavía tienes dudas, piensa en aquéllos momentos en los que una persona recibe un premio o galardón: Cuando llega al podio, cada una de esas personas tiene una lista de docenas de otras personas que ayudaron a hacer posible el logro, ya se trate de un Premio de la Academia de Cine o de un Premio Nobel de la Paz. 

O qué tal esto como evidencia: George Vaillant es un profesor de psicología de Harvard que realizó el estudio continuo más prolongado del mundo sobre salud mental y física. Descubrió que lo más importante en la vida para una buena salud, son las relaciones con los demás. 

Además de mantener buenas relaciones, también es bueno prestar atención a los comentarios que recibes de los demás– su feedback -. 

Parte de crear un buen ambiente de trabajo para tu equipo, es hacer que sea seguro para ellos aportar sus propios comentarios y que tú, como buen líder, seas receptivo y permitas que esa información influya en tus acciones y comportamiento. Recuerda: esta información que te aporta el equipo, además de mejorar la tarea a la que se refiera en cuestión, te ayudará a mejorar tus habilidades. 

Así pues, tras tu próxima reunión de equipo, busca a alguien en quien confíes y pídele que te aporte su punto de vista acerca de qué tal ha ido la reunión y cómo tu comportamiento influyó tanto en la discusión como en las decisiones que se tomaron. Una vez que recibas los comentarios, asegúrate de agradecer su aportación a la persona que te los ha dado. Y en caso de que haya algo negativo en el feedback, procura no saltar a defenderte de tus acciones: asimílalo primero y en su lugar, simplemente utilízalo como una forma de crecer y mejorar. 

Es comprensible querer convertirte en un gran líder en el menor tiempo posible. Pero si te tomas realmente en serio el objetivo de ser un gran líder, es mejor que te lo tomes con tiempo y recuerdes que existen tres pasos para dominar cualquier cosa: práctica, práctica y más práctica.

No importa lo bueno que seas, siempre habrá alguna habilidad que necesites desarrollar. Y, por supuesto, otro aspecto en el que conviene trabajar es en tus debilidades.

Si estás abierto a recibir feedback acerca de ti, es posible que descubras que tus presentaciones, discursos etc…se pueden mejorar. Por ejemplo, tal vez te informen de que no estableces suficiente contacto visual con la audiencia mientras hablas, lo cual facilita que las personas se desconecten de tu discurso.

Así que agradece los comentarios recibidos y tómate el tiempo necesario para practicar el contacto visual. Durante la próxima presentación, puedes intentar mirar hacia el público al menos tres veces; en la siguiente presentación, hazlo seis veces, y así sucesivamente hasta que te salga de forma automática.

La práctica y la mejora requieren tiempo. Pasará un tiempo antes de que obtengas los resultados que buscas, pero no te rindas ni apresures el proceso.

Los programas de desarrollo de liderazgo también son una excelente manera de continuar aprendiendo y de crear además, relaciones beneficiosas.

En uno de estos programas en la Universidad de Delaware, Nick Martin y Georgia DiMatteo descubrieron que Nick era excelente estableciendo desafíos para sí mismo, aunque tenía problemas con la motivación. Por su parte, Georgia era excelente en motivación, pero no tan buena retándose a sí misma ni estableciéndose desafíos, ni para ella ni para el equipo. 

Con este conocimiento, acordaron ayudarse mutuamente, intercambiando feedback acerca de sus respectivas ejecuciones tras cada tarea en el trabajo.

TIP: Reserva unos minutos diarios al final del día para reflexionar acerca de qué impacto has tenido y qué cosas te han afectado. Puedes incluso anotarlo brevemente en un diario.

Así pues, ahora es el momento de adquirir un hábito diario para asegurarte de que seguirás creciendo sin importar cuántos éxitos encuentres. Por ejemplo, llevar un diario.

Veamos lo que hace Harry Kraemer. Es el director ejecutivo de la empresa de atención médica Baxter International y, durante los últimos 35 años, reserva de 15 a 30 minutos diarios para reflexionar sobre su día y determinar qué tipo de impacto tuvo y qué lo afectó a él. Otros grandes líderes llevan un diario en el que anotan sus experiencias y lecciones del día. De esta manera, seguro que aprenderás algo sobre ti mismo (y sobre los demás) todos los días. 

El día en que un gran líder deja de aprender, es el día en que deja de ser un gran líder. Así que asegúrate de mantenerte abierto y curioso, y continúa creciendo y aumentando tus habilidades. Si deseas ser alguien que pueda ofrecer una orientación sólida y fiable, es esencial que estés al tanto de los cambios que se están realizando en tu campo. Mantente informado y asegúrate de que tu equipo no se queda atrás.

 

TIP ADICIONAL: Encuentra un compañero de aprendizaje.

 La próxima vez que quieras aprender o mejorar una habilidad, elige a un compañero de aprendizaje y cuéntale tu objetivo.

 Establece horarios regulares durante los próximos meses para comunicarte con él/ella con el objetivo de compartir tu progreso y recibir sus comentarios. El simple hecho de tener a alguien que espera que alcances ciertas metas aumentará tus posibilidades de éxito.

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